!Ellos son, allí están, los viejitos del Perú! con esta arenga fueron recibidos sorpresivamente la banda rock poetry noise Los Viejitos de Barrón, cosa rara pues siempre los abuchean antes de entrar y mucho más cuando no se quieren bajar del escenario, pero este viernes fue todo lo contrario.
El día empezó con la estafada de Moranchi y pelada de por medio, el Chombo gorreó comida donde Barrunto y Pelvis llegó con la pichicleta y el encargo de José Cox. El matiz estaba listo, el talco también, pero no el viejito Rombero, que hacía larga su llegada, pero que al final llegó.
Con un piscazo, donación que Barrunto trajo desde Chorrillos, los viejitos se dirigieron la cuartel del negro Chombo para sacudirse las penas y empujarse el licor maldito, más sus travesuras de grandes. Viejito Rombero no aguantó el olor de la cobacha y propuso huayaqueada en la seudo terraza,a si que la gentita no hizo más que calatearse y empezar la movedera de mongongo que se venía más adelante.
Post trago y ya recontraempiladazos, la viejonera salió como proyectil al Salón Imperial, allí la cosa fue distinta, un perro mala muerte y un chibolo en carretilla nos recibieron, más adelante estaba un borrachito, el único fan, que fue expulsao por malcriado, aún así los Viejitos tuvieron el atrevimiento de montarse al escenario y gritar sus alucinadas mientras llegaba el respetable.
Ya en la encendida nota RE, la bulla se hizo presente y los vijeitos se olvidaron del resto, como ese payaso que bailaba solito y un fan enamorado que llegó desde los Cholivos para verse con su negro Chombo. Miau. A pesar que la noiqueada estaba a todo dar para los viejos, la gente no los entendía pero pedía más, tal vez porque Barrunto le bajó una china al Primo Mujica para que haga alboroto. Luego confesaría en el bar de Ciro, que todo tiene su precio, será por eso tal vez que la fanaticada de dos gatos pidió un tema más y a solicitud del público, los viejitos de bajaron del escenario y se fueron a chupar a otro lado. Con concha!
El día empezó con la estafada de Moranchi y pelada de por medio, el Chombo gorreó comida donde Barrunto y Pelvis llegó con la pichicleta y el encargo de José Cox. El matiz estaba listo, el talco también, pero no el viejito Rombero, que hacía larga su llegada, pero que al final llegó.
Con un piscazo, donación que Barrunto trajo desde Chorrillos, los viejitos se dirigieron la cuartel del negro Chombo para sacudirse las penas y empujarse el licor maldito, más sus travesuras de grandes. Viejito Rombero no aguantó el olor de la cobacha y propuso huayaqueada en la seudo terraza,a si que la gentita no hizo más que calatearse y empezar la movedera de mongongo que se venía más adelante.
Post trago y ya recontraempiladazos, la viejonera salió como proyectil al Salón Imperial, allí la cosa fue distinta, un perro mala muerte y un chibolo en carretilla nos recibieron, más adelante estaba un borrachito, el único fan, que fue expulsao por malcriado, aún así los Viejitos tuvieron el atrevimiento de montarse al escenario y gritar sus alucinadas mientras llegaba el respetable.